viernes, 2 de noviembre de 2012


Toponimia

Su denominación fue dada por los conquistadores españoles que llegaron a la región en los albores del siglo XVI. Esta se debe a que la silueta de la cima les pareció semejante a la de las Galeras, barcos impulsados por la fuerza de los remos y en ocasiones por el viento (poseían una o más velas grandes). Rápidamente los pioneros ibéricos se percataron que la montaña era efectivamente un volcán, pero consideraron que su presencia no constituía un riesgo importante para la nueva fundación.

Por su parte, los indígenas Quillacingas que habitaban originalmente esas tierras lo llamaban en su dialecto (derivado del Quechua) Urcunina (Urcu-Nina) que significa literalmente "Montaña de Fuego".1

También hasta finales del siglo XIX el Volcán fue indistintamente denominado "Volcán de Pasto" o "Volcán de las Galeras".2 Con la llegada del siglo XX, y por ende la creación del Departamento de Nariño en 1904 y la designación de Pasto como su capital, tomó oficial y definitivamente el nombre de "Volcán Galeras".
Rasgos fisiográficos

En líneas generales, el Complejo Volcánico Galeras (CVG), presenta forma cónica con su edificio destruido en la parte occidental, y en la cima existe una inmensa caldera o circo (depresión), dentro del cual se eleva el cono interno (no visible desde la ciudad de Pasto) con varios cráteres parásitos en actividad.

La elevación de la cima es de 4,276 msnm (14,029 pies) (Base Militar Galeras); tipo de volcán estratovolcán - caldérico; antigüedad mayor a 5.000 años; diámetro de la base 20 km; profundidad de la caldera 80 m; diámetro del cráter principal 320 m de diámetro; posee otros cráteres aledaños más pequeños; no presenta glaciares; volumen total del edificio volcánico aún sin calcular.

De acuerdo con el Catálogo de Volcanes Activos del Mundo (CAVW) de la Asociación Internacional de Vulcanolgía y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI), su código es el 1501-.
Erupciones recientes
Cráter del volcán.
Imagen tomada desde el espacio.




LA CULTURA NARIÑENSE doc

viernes, 5 de octubre de 2012


Para llegar hasta el santuario de Las Lajas se debe hacer un recorrido de hora y media de la ciudad de Pasto hasta Ipiales, y pasar sobre el río Guaitará a través de un puente. El pavimento de la vía terrestre está en buenas condiciones, y a medida que se avanza se van encontrando estaciones que aluden a los misterios del Rosario. Uno de los sitios por donde obligatoriamente hay que pasar para llegar al santuario es El Charco, donde se consigue el cuy, un plato que identifica a la región nariñense. La carne de este animal es rica en proteínas y su sabor es muy parecido a la del conejo.

El santuario de Las Lajas fue construido en una laja que mide 3.20 de alto por 2.30 metros de ancho. Esta piedra pertenece a esta zona geográfica. Está localizado a cincuenta metros sobre el río. En esta laja se encuentra Santo Domingo y San Francisco adorando la imagen de la Virgen del Rosario con el niño Jesús en brazos.El santuario tuvo su origen a causa de la aparición que la Virgen le hizo a una niña indígena sordomuda. Se llamaba Rosa y era hija de una indígena que debía ir cotidianamente de Potosí a Ipiales para trabajar en la casa de unos españoles. Rosa habló milagrosamente por primera vez para decirle a su mamá que una mestiza y su mesticito se iban a caer al río. Era la Virgen y el niño Jesús. Cuentan que cuando la sordomuda vio esa imagen, exclamó: “¡La mestiza me llama!”.

En el mismo sitio de la aparición, pocos años más tarde, se ofició la primera misa, y se inició la primera construcción de una capilla en paja. Desde entonces se han llevado a cabo tres construcciones correspondientes a épocas diferentes. En mayo de 1794 se comienza el primer templo construido a base de cal y ladrillo siendo párroco de Ipiales el sacerdote Eusebio Mejia y Navarro. En 1862 el sacerdote José Maria Burbano inauguró una capilla más espaciosa y cómoda. Y el 5 de agosto de 1899 Fray Ezequiel Moreno Díaz, Obispo de Pasto manifestó su aspiración de construir un templo que tuviera el tamaño ideal para albergar a la multitud congregada por tanta devoción.

El benefactor más conocido del templo de las Lajas fue “el ciego Rivera”, quien a pesar de su ceguera total recorrió campos, pueblos y ciudades solicitando dinero para comprar materiales con los cuales construirle el santuario a Nuestra Señora.

El hecho milagroso del que fue testigo Juana Mueses y su hija Rosa, de remota ocurrencia, en el año de 1750, fue el multiplicador de una devoción que se ha mantenido vigente hasta nuestros días, pues el número de feligreses que adoran el santuario es cada año más grande.

Después de salir de Ipiales con rumbo hacía Potosí, se puede apreciar desde un mirador la estructura del santuario mirando hacia el cielo. Más adelante se encuentra un mercado de comida, y de botellas vacías que los devotos compran para depositar el agua bendita. Hasta el santuario en sí se llega a través de una amplia y escalinata con doscientos sesenta y seis peldaños que descienden y terminan a un costado del santuario. Al atrio se llega cruzando un puente sobre el río que tiene ángeles custodios dispuestos a lo largo, junto a los cuales los peregrinos se detienen para descansar, pues el trayecto que debe recorrerse por la escalinata es de varios kilómetros. Se puede seguir por allí o se puede tener una vista frontal del santuario, y si se prefiere, también existe la posibilidad de refrescarse ante una caída de agua usada por los indígenas en sus ritos de purificación. Otro camino conduce directamente hasta el río que yace a los pies de las columnas que soportan al santuario, desde donde el visitante puede mirar hacia arriba y extasiarse con la imponencia del santuario. El presbítero Alberto Coral Bravo opina que el santuario de Las Lajas es “topográficamente el mas bello del mundo; religiosamente el mas visitado de América; arquitectónicamente el mas audaz y original de Colombia”.

El 15 de septiembre de 1952, por voluntad del papa Pío XII, se lleva a cabo la coronación de nuestra señora de Las Lajas en una misa solemne que congregó a dieciocho obispos de Ecuador y Colombia. Igualmente, este mismo pontífice el 30 de agosto de 1954 le otorga a este templo el título de Basílica Menor.

Las paredes del interior de la capilla son de piedra tallada de color gris y el altar está construido en la misma piedra de la cueva donde Rosa tuvo la visión. Tres sacerdotes ofician misas por turnos que son muy concurridas y tienen como objetivo suplicar una gracia o agradecer a la Virgen del Rosario por una concedida.“La ojona”, o “La mestiza”, son otras denominaciones afectuosas con las que la gente se refiere a una Virgen del Rosario que Monseñor Justino Mejia y Mejia, párroco del santuario por mucho tiempo, describió así: “La belleza de la imagen de nuestra señora de Las Lajas es algo que asombra y cautiva, que satisface a los ojos y al corazón, al gusto del artista y al sabor del campesino. Para todos los ojos tiene una mirada y para todos los corazones un latido”.

El verso del poeta nariñense Teófilo Albán Ramos da cuenta también de la fe que la imagen despierta:
“Ella a todos escucha, a nadie deja;
a todos mira, a todos alboroza;
tiene amor por el alma que se queja,
y ritmos para el alma que solloza.” 

miércoles, 3 de octubre de 2012


Laguna de La Cocha, santuario natural, de agua y energía

Ubicación: departamento de Nariño, sur occidente de Colombia.
Altura: 2.280 m.s.n.m.
Temperatura: entre 3 y 15 grados centígrados.
Superficie de la laguna: 41,5 km²
Profundidad: 75 mts.

A sólo 40 minutos de Pasto, la Laguna de La Cocha se esconde entre la neblina de los días más fríos y brilla con la luz de los más soleados. En medio de ella, descansa la Isla la Corota, de la cual se dice fue una mujer convertida en isla y santuario, por causa de los celos. También se dice que la Isla La Corota fue la totuma que derramó el agua que originó al embalse. Este es el tipo de leyenda que rodea la laguna, hogar de la reserva natural de menor tamaño del sistema de Parques Naturales Nacionales.
Esta laguna se encuentra en el sistema de páramos más bajo del mundo y entre la vegetación que lo rodea se encuentran los frailejones, típicos de esta clase de climas. El motilón dulce, los encinos, la majua, el arrayán, los anturios, el cancho, el palo 'e rosa, el sietecueros y los motilones silvestres son algunas de las plantas que se encuentran en la región.